La antropología feminista se ha consolidado como un importante corpus teórico y epistemológico en diferentes campos de la antropología social, pero también en otras áreas de la teoría social, así como dentro de los estudios denominados feministas.
Una de las aportaciones es el análisis de la estructuración de las relaciones sexo-genéricas, que se dan en las sociedades principalmente occidentales, o bien cuyo proceso socio histórico y colonial las ha colocado en ese espacio hegemónico. Las aportaciones teóricas y etnográficas de la antropología feminista han sido centrales para la comprensión de las desigualdades, las nuevas apuestas epistemológicas y de estudio de los feminismos permitirá reconocer los nuevos retos que se plantean en estudios como: los feminismos descoloniales, subalternos, teorías queer, por mencionar algunos, han tenido efectos importantes para el análisis sociocultural y bigenérico, desafiando principios y paradigmas así como los métodos de la etnografía tradicional.