Introducción

De manera sucinta la hermenéutica, tal como la define (Brugger,1983: 276)[1], puede caracterizarse “como teoría del comprender, abarca por una parte la reflexión filosófica básica sobre la estructura y las condiciones del comprender; por otra parte, como teoría práctica del método, incluye las orientaciones para la recta comprensión e interpretación.

El término hermenéutica (del griego del gr. ἑρμηνευτικός hermēneutikós; la forma f., de ἑρμηνευτική hermēneutikḗ). Tiene un desarrollo significativo durante los siglos XVII-XVIII que en la teología significaba la recta interpretación de los textos bíblicos. Friedrich Schleiermacher amplía su significado y la define como “arte del comprender”. Posteriormente hay otras perspectivas con Johann G. Droysen, Wilhem Dilthey, Rickert. Y ya en pleno siglo XX aparecen Martin Heidegger, Hans-Georg Gadamer y Paul Ricoeur.

En la actualidad es considerada la nueva koiné, como una forma de entendimiento y de comunicación. El individuo desde siempre y per se busca por todos los medios explicar acontecimientos de toda índole. Sin embargo, en ocasiones carece de los elementos y formas que le permiten realizar, o encontrar una explicación, una interpretación lo más objetiva posible; su interpretación es, casi siempre, parcial.

Una de las ideas que se han de desarrollar durante el curso es la relación existente entre la hermenéutica y las disciplinas humanas, fundamentalmente con la filosofía.



[1] Brugger, Walter. (1983). Diccionario de filosofía. Barcelona: Herder